René Char

8 de septiembre de 2015

“Espera aún a que yo venga
A romper el frío
que nos retiene”.

René Char

René Char
(Francia, 1907 - 1988)



Textos Poéticos

Consuelo


Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa
a dónde vaya en este roto tiempo. Ya no es mi amor: el
que quiera puede hablarle. Ya no se acuerda: ¿quién en
verdad le amó?

Mi amor busca su semejanza en la promesa de las
miradas. El espacio que recorre es mi fidelidad. Dibuja
la esperanza y en seguida la desprecia. Prevalece sin
tomar parte en ello.

Vivo en el fondo de él como un resto de felicidad.
Sin saberlo él, mi soledad es su tesoro. Es el gran meridiano
donde se inscribe su vuelo, mi libertad lo vacía.

Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa
a dónde vaya en este roto tiempo. Ya no es mi
amor: el que quiera puede hablarle. Ya no se acuerda:
¿quién en verdad le amó y le ilumina de lejos para que
no caiga?



Bebedora



Por qué seguir entregando las palabras del propio porvenir
ahora que toda palabra hacia lo alto es boca ladradora de
cohete, ahora que el corazón de cuanto respira es caída
hedionda?
Para que puedas exclamar en un soplo: "¿De dónde
vienes, bebedora, hermana con las uñas quemadas? ¿Ya quién
satisfaces? Nunca hallaste albergue entre tus espigas. Mi guadaña
lo jura. No te denunciaré, yo te precedo."



Bienvenida



¡Ojalá vuelvas a tu desorden, y el mundo al suyo. La asimetría
es juventud. No se mantiene el orden más que el tiempo que se tarda en odiar su carácter de mal.

Entonces se avivará en ti el deseo del porvenir, y cada peldaño de tu escalera desocupada y todos los rasgos inhibidos de tu vuelo te llevarán,

te elevarán con un mismo sentimiento gozoso. Hijo de la oda ferviente, abjurarás del gigantesco enmohecimiento.

Los solsticios cuajan el dolor difuso en una dura joya adamantina. El infierno a su medida que se habían esculpido

los limadores de metales volverá a bajar vencido a su abismo. Delante del olvido nuevo, la única nube en el cielo
será el sol.
Mintamos esperanzados a quienes nos mienten: que la inmortalidad inscrita sea a la vez la piedra y la lección.



El molino



Un ruido largo sale por el techo
golondrinas siempre blancas
agua que salta, agua que brilla
el grano salta, el agua muele
y el recinto donde el amor se arriesga
centellea y marca el paso.



Hambre roja



Estabas loca.
¡Qué lejos queda!
Moriste, con un dedo delante de los labios,
En noble movimiento,
Para atajar la efusión;
En el sol frío de un reparto verde.

Estabas tan hermosa que nadie se dio cuenta de tu muerte.
Más tarde, era de noche, te pusiste en camino conmigo.

Desnudez sin desconfianza.
Pechos podridos por tu corazón.
A sus anchas en este mundo circunstancial,
Un hombre, que te había estrechado entre sus brazos,
Se sentó a la mesa.
Estate bien, no existes.
Share this article :

0 comentarios:

Speak up your mind

Tell us what you're thinking... !

 
Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. El Gran Juego 7 - All Rights Reserved - Administrador # 1: Leonardo García
Template Created by Creating Website Inspired by Sportapolis Shape5.com
Proudly powered by Blogger